El Valor de 20 vacas

Hace poco leí un cuento de Jorge Bucay que parafrasearé para transmitir la esencia de su contenido.

El cuento decía que en una determinada isla llegaban los barcos y los marineros, luego de desembarcar la carga, tenían la costumbre de gastar toda su paga en la taberna del lugar, en licor y mujeres.

En una oportunidad 2 de los marineros que iban rumbo a cumplir con su costumbre, se detuvieron en el camino, porque uno de ellos, el más joven de los marineros de ese barco, vio a una mujer lavando su ropa a orilla de un rio. El joven marinero llamó la atención de su amigo diciéndole que era la mujer más hermosa que había visto y que tenía que hablar con ella, a lo que su amigo contestó que en la taberna los esperaban mujeres mucho más hermosas y más dispuestas a satisfacer sus deseos.

El joven marinero hizo caso omiso de los comentarios de su amigo e insistió que debía conversar con esa mujer, y le pidió a su compañero que se adelantara a la taberna, que él iría después.

El amigo siguió su rumbo, y el joven marinero se acercó a la mujer sin interrumpir su labor; sólo se sentó a contemplarla.

Una vez que la mujer se disponía irse a su casa, el joven marinero le pidió acompañarla y entablaron una conversación amena que les permitió conocerse.

El joven marinero llegó a la taberna, y entre el humo de los cigarrillos que segaban el lugar y las mujeres y hombres ebrios de tanto alcohol, encontró a su amigo y le pidió que lo ayudara, porque él quería casarse con la muchacha que había conocido ese día. Como era tradición en aquella isla, para pedir la mano de una joven mujer, debían presentarse en la casa de los padres el novio acompañado de un padrino, y sería el padrino quien junto al padre de la novia acordarían el pago del acuerdo.
Para seguir leyendo el cuento, haz clic aquí:

http://groups.google.com/group/balanza-integral/web/valorarnos?hl=es


No hay comentarios:

Publicar un comentario